Déjà Vu

Pintando, me entrego a las velocidades en las que se desliza el color sobre el papel. Recuerdo o fantaseo recorridos de agua y de luz en algún lugar. Respiro.

Hay una fuerza invisible, sutil y poderosa; quiero atraparla. Fotografío la pintura para revisarla. Miro.

Persevero en las mezclas y las combinaciones de color, desdoblando el mismo motivo en distintos cuadros. La nueva imagen es propicia, aunque no lo es todo; hay más en la tierra y en el cielo de lo que podemos ver o soñar.

Al multiplicarse, lo posible aparece como reflejos y espejismos del presente en el pasado; vuelvo a zambullirme entre los derroteros desordenados de la memoria visual para seguir pintando.